El Sumo Pontífice falleció esta mañana a las 7:35 hora de
Roma, según informó El Vaticano
cano en un comunicado difundido a través de su canal oficial en Telegram. El deceso se produjo apenas un día después de que el pontífice hiciera una aparición pública desde el balcón de la basílica de San Pedro, durante la celebración de Pascua, en lo que se convirtió en su último mensaje al mundo.
“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo
anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró el cardenal Kevin
Farrell, quien leyó el comunicado oficial del Vaticano. “Esta mañana, a las
7:35 (05:35 GMT), el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.
Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”.
El papa había salido recientemente de una prolongada
hospitalización tras padecer una neumonía grave que lo mantuvo ingresado
durante 38 días, hasta su alta médica el pasado 23 de marzo. Según fuentes
vaticanas, había estado en estado delicado y había enfrentado dos episodios
críticos de salud durante el año.
A pesar de su convalecencia, el domingo participó brevemente
en la misa de Pascua y dirigió la tradicional bendición “Urbi et Orbi” desde el
balcón de la basílica, donde deseó a los fieles un “feliz domingo de Pascua” y
llamó a la “libertad de pensamiento y a la tolerancia” en su mensaje al mundo.
Miles de personas se habían congregado en la plaza de San
Pedro para verlo, luego de semanas de incertidumbre sobre su estado de salud.
Su aparición generó una ovación entre los asistentes y fue interpretada como un
gesto de fortaleza espiritual, pese a las visibles secuelas de su enfermedad.
Jorge Bergoglio pasará a la historia como el más relevante
de nuestros compatriotas en la geopolítica mundial. Como un ingeniero
espiritual, político y cultural del siglo XXI.
Transcurrido el duelo, los argentinos podremos reflexionar
acerca de cómo vivimos los acontecimientos de estos 12 años de un pontificado
innovador.
Argentina le ha dado un Papa al mundo. Es un acontecimiento
que el devenir del tiempo no hará más que agigantar.
La dirigencia, de todo el arco político y de todos los
ámbitos, deberá hacer un ejercicio de introspección para dimensionar si honró
este acontecimiento que también hará entrar a la Argentina en la Historia.
Queda su legado, que debería inspirar el sentido y la orientación de nuestras
acciones futuras.
EL PAPA QUE NADIE ESPERABA
Aunque esa noche del 13 de marzo de 2013 el mundo asistió asombrado al anuncio de que el nuevo Papa venía de los confines de la tierra, una lectura retroactiva permite detectar algunos mojones en el camino, preparación o signos premonitorios de una trayectoria sin igual.
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, el 17 de
diciembre de 1936, en el seno de una familia de inmigrantes piamonteses. Mayor
de cinco hermanos, su padre era ferroviario, su madre, ama de casa.
Rosa, la abuela del futuro Papa, fue clave en su vocación.
Por eso Bergoglio siempre subrayó el rol fundamental de los abuelos en la
transmisión de la fe.
Ingresó al seminario de la Compañía de Jesús a los 21 años y
fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, doce años después. En junio
de 1973, fue nombrado provincial de la Compañía de Jesús en la Argentina, cargo
que ejerció durante seis años. De 1980 a 1986, presidió el Colegio Máximo de
San Miguel, un centro universitario jesuita.
Aunque esa noche del 13 de marzo de 2013 el mundo asistió asombrado al anuncio de que el nuevo Papa venía de los confines de la tierra, una lectura retroactiva permite detectar algunos mojones en el camino, preparación o signos premonitorios de una trayectoria sin igual.
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